Miguel Delibes, gran autor español, cursó las carreras de Derecho y Comercio. Se reveló como novelista al obtener el Premio Nadal en 1947 con La sombra del ciprés es alargada una de sus obras más importantes a lo largo de su vida.
Gran conocedor de la fauna y flora de su entorno geográfico, apasionado de la caza y el mundo rural, supo plasmar en sus obras todo lo relativo a Castilla y a la caza desde la perspectiva de una persona urbana pero que no había perdido el contacto con ese mundo.
Es una de las grandes figuras de la Literatura española posterior a la Guerra Civil, que fue reconocido con multitud de galardones como el Premio Nacional de la Literatura en 1955 por Diario de un cazador, el Premio Fastenrath de la Academia en 1957 por Siestas con viento sur, Premio de la Crítica en 1962 por Las ratas entre otros premios.
Entre sus obras podemos destacar:
La sombra del ciprés es alargada
Publicada en 1947 la novela es una narración tradicional en cuanto a andadura y recursos expresivos, que se desarrolla en una Ávila no "protegida" por sus murallas, sino "encerrada" por ellas.
La primera parte describe la vida del protagonista y narrador, Pedro, cuando es niño. Es huérfano y su tío lo deja a cargo de un maestro con una visión pesimista de la vida, reforzada por la muerte del mejor amigo de Pedro.
En la segunda parte, el protagonista se ha convertido en marino e intenta escapar del pesimismo. Se enamora de una mujer, pero también a ella la pierde debido a un accidente. Finalmente, encuentra consuelo volviendo a Ávila.
Con la entera novela narrada en tono objetivo, el autor nos va destapando una escena mística, dominada mayormente por el pesimismo y el sentido de muerte. Sin embargo, en la segunda parte del libro, antes de que el protagonista hubiera perdido toda esperanza en la amistad y el amor, se encontró dando un paseo al lado de una señora vieja y durante su conversación se va enterando del verdadero significado de la vida humana y del amor y finalmente tomó una perspectiva optimista hacía la humanidad. Con el accidente que le quitó su amante, el tono de la novela retornó inevitablemente a la del anterior. Volviendo a Ávila, fue a visitar la tumba de su mejor amigo de pequeño, Alfredo, que una vez compartía la misma habitación que Pedro. Allí en el cementerio, se halla una vez más bajo la sombra alargada del ciprés que rodea la tumba.
Cinco horas con Mario
Publicada en 1966 el núcleo central de esta narración lo constituye el soliloquio de Carmen, el monólogo (o monodiálogo) de una conservadora mujer de clase media con el cadáver de su prematuramente fallecido marido Mario, catedrático de instituto y comprometido periodista e intelectual. A través de los recuerdos de su vida, en muchos aspectos, insatisfactoria vida en común, Delibes recrea la España provinciana de la época, los problemas de la falta de comunicación en el matrimonio, así como el conflicto de las "dos Españas". La obra consta de un prólogo, un núcleo central de veintisiete capítulos (el monólogo de Carmen) y un epílogo. Cada uno de estos capítulos del núcleo central comienza con una cita bíblica, pasajes que Mario había subrayado en su biblia de cabecera. Partiendo de estas citas, Carmen va desgranando sus pensamientos, haciéndole a su marido continuos reproches por su integridad moral y falta de ambición, que han impedido que alcanzaran el reconocimiento y status social que ella ambicionaba para su familia, así como por su actitud de superioridad y frialdad hacia ella. Relata cómo se hicieron novios, cómo acabaron casándose y otros recuerdos que revivirá durante las cinco horas en las que vela el cuerpo de su difunto marido.
El príncipe destronado
Aunque los hechos de la historia tienen poca importancia, y está más centrada en los pensamientos y sentimientos del protagonista, todo lo que ocurre influye sobre sus ideas. La historia transcurre desde que el protagonista, Quico (un niño de casi cuatro años bastante inocente), se despierta a las 10 de la mañana, hasta que se duerme, a las 9 de la noche. Es decir, la historia dura 11 horas. Los hechos suelen ser similares, Quico, debido a su inocencia, da problemas a todo el mundo. La historia comienza describiendo el despertar de Quico. Se despierta, se ducha, se viste, va a comprar leche y desayuna. Durante el resto del día ocurren hechos, como por ejemplo la visita del novio de su criada o el momento en que se simula que se traga un clavo y preocupa a todo el mundo. Por lo general, suele estar jugando con su hermano, Juan, o hablando con su madre o cualquier persona de la casa. Quico vivía en una casa rica.
La historia transcurre en los años 60, exactamente en 1963. Se puede observar en la religiosidad de los adultos, en el lenguaje y en ciertos objetos (por ejemplo un tocadiscos). En cuanto al espacio, el 97% de la historia se desarrolla en la casa de la familia de Quico, ya que en una ocasión van a comprar leche, y también salen a visitar a un médico que está enamorado de la madre.
Señora de rojo sobre fondo gris
Publicada en 1991 es una bellísima narración en la que un prestigioso pintor, sumido en una grave crisis creativa, va hilando ante su hija sus recuerdos más íntimos en un monólogo que es a la vez homenaje y exorcismo. Su relato se centra en dos acontecimientos: la detención de su hija y su yerno por motivos políticos y, fundamentalmente, la enfermedad y muerte de su mujer, Ana, a los cuarenta y ocho años de edad. Ana contagiaba una sensación de belleza y plenitud que cobró su verdadero alcance sobre el fondo gris de lo cotidiano y los sinsabores de la enfermedad. Historia de un amor en carrera desenfrenada hacia la muerte y sobrecogedora semblanza de un personaje femenino. "Señora de rojo sobre fondo gris" es una profunda lección de humanismo y madurez artística que solo Miguel Delibes podía ofrecernos. Un pintor cuenta a su hija la relación que tuvo con su mujer, recién muerta tras una operación. Este es el planteamiento de este volumen de Miguel Delibes. El pintor ha perdido la inspiración: a lo largo de la obra se descubre cómo es la enfermedad de Ana, su mujer y su musa, la que le ha ido privando de ésta, ya que desde que comenzó su padecimiento no consigue volver a pintar nada nuevo.
El nombre del libro viene del nombre de un cuadro. Ana tenía simpatía por un viejo pintor, García Elvira, al que atendía tras haberse quedado viudo. García Elvira es el que la retrata: "fue en esa etapa cuando le pintó el famoso retrato con el vestido rojo. [...] eludió el fondo; únicamente una mancha gris azulada, muy oscura, en contraste con el rojo del vestido". Entonces es el narrador el que hace ver sus celos por el pintor, que intenta seducir a su mujer, y por su obra, pues no podía soportar que hubiese sido otro el que la captó en todo su esplendor.
La hija a la que le cuenta la vida con su mujer, había estado en la cárcel por conspiración contra el régimen. Y cada vez que recuerda las visitas que le hacían a Carabanchel surge la misma imagen: Ana, la primera, decidida, después Basilio, su cuñado, saludando a todos los presos políticos, que le devolvían el saludo gustosos; y después el resto de familiares. Esta escena la evoca hasta tres veces, en igualdad de condiciones, aunque cada una corresponda a situaciones diferentes, quizá porque en el momento que escribió el libro (1976) estábamos en plena Transición.
El tumor cerebral que acabará matando a Ana va apareciendo poco a poco, y en cada capítulo se van apreciando los cambios que presenta. Narra cómo la actividad frenética de su mujer va disminuyendo a la vez que su capacidad creativa. Ella lo intuía, pero no pensaba que su carencia de creatividad fuera eterna ni que se debiese a ella. Hasta que un día, por fin se atreve a confesarle la razón: "Desde que enfermaste". Pero pese a la enfermedad, su falta de ánimo, y pese a la pobreza creativa de su marido, Ana seguía fiel a la belleza. Narrado desde la primera persona de su marido pintor, Delibes cuenta la historia de una vida dedicada al arte y a la estética, a la suya y a la de su familia, a la protección de su marido y de su obra.
Durante los primeros días de marzo de 2010 su estado de salud empeoró, provocando que el día 11 de marzo su situación fuera ya crítica, encontrándose el escritor consciente pero muy sedado, por lo que la familia esperaba el fallecimiento del autor en cuestión de horas. Falleció finalmente en su domicilio vallisoletano a primera hora de la mañana del 12 de marzo de 2010, a los 89 años de edad, como consecuencia del cáncer de colon que se le diagnosticó en 1998 y del que no pudo recuperarse. Su capilla ardiente se instaló en el salón de recepciones de la Casa Consistorial; a ella acudieron numerosas personalidades como Lola Herrera, Concha Velasco, la vicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera o la ministra de Cultura Ángeles González-Sinde, entre otros, y así como más de 18.000 personas.
Su funeral se ofició en la catedral de Valladolid y posteriormente, fue incinerado y enterrado en el panteón de Hombres Ilustres de Valladolid junto a personajes como José Zorrilla y Rosa Chacel. Delibes expresó siempre su deseo de ser enterrado junto a su esposa Ángeles por lo que el Ayuntamiento de Valladolid otorgó el privilegio de que sus restos incinerados fueran trasladados y sepultados junto con los de su esposo Miguel Delibes.
Un autor que quedará en la memoria como gran figura de la Literatura Española.
Mario Álvarez Soto